YouTube ya no es solo una plataforma: es la nueva televisión
- 22 mar
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Actualizado: 23 mar

Por: Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo, Human & Nonhuman Communication Lab, Facultad de Comunicación, Universidad Anáhuac México
Lo que alguna vez fue un sitio para compartir videos caseros, con estética amateur y espíritu de comunidad digital, se ha convertido en el nuevo prime time del entretenimiento global. Hoy, YouTube no se ve en el teléfono: se sintoniza en la sala, en pantallas de 60 pulgadas, con sonido envolvente y control remoto.
Según Fast Company, más de mil millones de horas de YouTube se ven diariamente en televisores físicos, superando al consumo en smartphones. Esta transformación, más que técnica, es simbólica: marca el paso definitivo de YouTube de ser una plataforma a convertirse en un ecosistema mediático completo, donde los creadores son los nuevos productores ejecutivos y las audiencias, las programadoras sin horario fijo.
Del contenido al formato: la serialización del YouTuber
YouTube no solo está cambiando cómo vemos contenido, sino cómo se diseña. Este 2025, la plataforma ha lanzado funciones que permiten estructurar los videos como temporadas y episodios, como si fueran series de televisión. Esto favorece el binge-watching, pero sobre todo, convierte a los creadores en narradores por entregas, obligados a pensar más allá del click inmediato.
Además, con herramientas como doblaje por inteligencia artificial y códigos QR incrustados, YouTube no solo conquista el living room, también redefine la interactividad en contextos alejados del escritorio. Ver un tutorial en pantalla grande y escanear el enlace con el celular ya no es un truco, sino parte del nuevo lenguaje audiovisual de la era post-smartphone.
La lógica de la pantalla grande en el mundo on-demand
Neal Mohan, CEO de YouTube, lo dijo sin rodeos: “Television really is YouTube.” Y no es exageración. Desde que firmaron el acuerdo millonario para transmitir los juegos de la NFL con Sunday Ticket, YouTube dejó de competir con las plataformas y comenzó a reemplazar la televisión.
Pero no lo hizo copiándola, sino reinventándola desde su estructura más flexible, su modelo participativo, su arquitectura algorítmica y su contacto directo con comunidades específicas. La TV tradicional ofrecía programación; YouTube ofrece afinidad.
La revolución no será televisada. Será streameada.
Lo que estamos presenciando es la reconfiguración definitiva de los ecosistemas mediáticos. Mientras Netflix y Disney+ se aferran al modelo cerrado, YouTube apuesta por la descentralización de la producción y el empoderamiento del creador.
No se trata ya de competir por audiencias, sino por experiencias prolongadas, conectadas, traducidas y compartibles.
La televisión como la conocimos ya no existe. Lo que queda es su pantalla. Lo que se proyecta en ella, ahora, lo decides tú.




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