La atención fragmentada y la nueva brecha digital
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Por Eduardo Portas Ruiz // Profesor investigador del Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada (CICA) de la Universidad Anáhuac México
En X: @EduPortas
Un nuevo informe del reconocido Pew Research Center titulado Teens, Social Media and AI Chatbots 2025 encontró un dato fascinante que poco se conoce más allá de los círculos académicos.
Aquellos que estudiamos cultura digital poco a poco percibimos que la categoría tradicional de brecha digital no es útil para lo que está sucediendo en muchos países, incluyendo México.
La definición original postula que la brecha digital sucede cuando ciertos grupos poblacionales carecen de acceso a internet y las herramientas necesarias para utilizarlo. Como referencia, en México más o menos el 83% de las personas utiliza la red, de acuerdo con INEGI.
Bajo esta lógica, la brecha digital del país es del 17%.
La segunda brecha digital es mucho más perniciosa y difícil de medir. En pocas palabras se refiere a la carencia para controlar el consumo de redes sociales por medio de un aparato celular, lo que viene aparejado de problemas para focalizar la atención, angustia, ansiedad, y un buen número de problemas fisiológicos como problemas de visión, manos y espalda.
El uso excesivo de pantallas es cada vez más habitual entre adolescentes y no existe un solo indicio que muestre un cambio cualitativo en este consumo.

La última prueba de este fenómeno es el reporte anteriormente descrito del Pew Research Center, el cual se puede acceder aquí. Resumo los principales hallazgos en un listado para evitar saturar con distintas estadísticas.
Uso constante de internet: Casi todos los adolescentes estadounidenses (97%) usan Internet a diario, y cuatro de cada diez (40%) afirman estar en línea casi constantemente. Esta cifra de "casi constante" es un aumento significativo en comparación con el 24% de hace una década.
Uso constante de redes sociales: Alrededor de uno de cada cinco (21%) adolescentes estadounidenses dicen estar en TikTok casi constantemente, y el mismo porcentaje (21%) reporta estar en YouTube casi constantemente. En general, el 36% utiliza al menos una de las cinco principales plataformas casi constantemente.
Diferencias raciales/étnicas en redes sociales: Los adolescentes negros e hispanos tienen más probabilidades que los adolescentes blancos de usar y estar en plataformas como TikTok, YouTube e Instagram casi constantemente. Por ejemplo, el 35% de los adolescentes negros y el 23% de los hispanos están en YouTube casi constantemente, en comparación con el 8% de los adolescentes blancos.
Diferencias raciales/étnicas en chatbots: Aproximadamente siete de cada diez adolescentes negros e hispanos usan chatbots, una tasa superior a la de los adolescentes blancos (58%). Los adolescentes negros (35%) e hispanos (33%) también tienen más probabilidades que los adolescentes blancos (22%) de usar chatbots a diario.
Diferencias de género: Las chicas adolescentes tienen más probabilidades de usar Snapchat (61% frente a 49%) e Instagram, mientras que los chicos adolescentes tienen más probabilidades de usar Reddit (21% frente a 12%) y YouTube (94% frente a 89%).
Uso de chatbots de IA: Aproximadamente dos tercios (64%) de los adolescentes estadounidenses (de 13 a 17 años) afirman usar un chatbot de IA, y cerca de tres de cada diez (30%) lo hacen a diario.
Chatbot más usado: ChatGPT (59%) es, con diferencia, el chatbot de IA más utilizado entre los adolescentes, con una tasa de uso de más del doble que las siguientes opciones más populares, Gemini (23%) y Meta AI (20%).

Obviando algunos aspectos culturales (uso de Snapchat, por ejemplo), la radiografía de los adolescentes de Estados Unidos no dista mucho de las personas jóvenes conectadas a internet, los cuales pasan buena parte del día conectados de manera constante.
Esa nueva categoría ofrece toda una serie de análisis que no vale pena discutir por ser obvia: los adolescentes están pegados a sus aparatos celulares, sin importar la hora o actividad que realicen.
Y ahí la segunda brecha digital. Como se observa, parecería que esta segunda brecha digital es más común en los grupos poblaciones menos favorecidos, los cuales, en Estados Unidos, están altamente segmentados por grupo étnico.

Esta segunda brecha digital no solo es problema al interior de la persona, sino que se da por la interacción entre los dispositivos que utiliza y las aplicaciones que visita en el mismo. Es decir, si una persona joven accede a internet y las redes sociales por medio del teléfono, es mucho más común que dicho consumo sea de baja calidad, vinculado al entretenimiento, lo que, en torno, hace que sea más probable que se quede ahí.
A decir del reporte, ciertos grupos raciales de adolescentes estadounidenses (afroamericanos y latinos) no pueden acceder a la red de otra forma mas que por el celular.
No sabemos si el reporte preguntó si prefieren acceder a la red desde el celular y no la computadora de escritorio, pero podemos intuir que solo cuentan con el móvil para conectarse a internet.

La diferenciación va más ligado al cómo se accede a internet que al acceso en sí. Esencialmente se define por los siguientes elementos, de acuerdo con Gemini:
Preferencia por contenido social y de entretenimiento: Los estudios sugieren que los adolescentes de entornos de bajos ingresos o de clase trabajadora tienden a usar internet con mayor frecuencia para actividades sociales y de entretenimiento (por ejemplo, redes sociales, juegos, streaming) y con menos frecuencia para propósitos puramente académicos o productivos en comparación con sus pares más pudientes.
Plataformas altamente adictivas: Las plataformas que los adolescentes de bajos ingresos prefieren, como TikTok y Facebook, son conocidas por sus patrones de uso altamente adictivos y "casi constantes". Los datos muestran que los adolescentes de bajos ingresos tienen más probabilidades de usar estas plataformas.
Acceso universal a teléfonos inteligentes: Si bien el acceso a computadoras/laptops puede variar según los ingresos (los hogares de ingresos más altos tienen más probabilidades de tenerlas), el acceso a teléfonos inteligentes es casi universal en todos los grupos de ingresos.
Conexión ubicua: Para los adolescentes en hogares de bajos ingresos, el teléfono inteligente es a menudo el medio principal o único de acceso a internet, lo que les permite estar "en línea casi constantemente" a través de datos móviles y aplicaciones de redes sociales, independientemente de si tienen una conexión de banda ancha de alta calidad en casa o una computadora personal.
Menos recursos/actividades en el mundo real: Los adolescentes de familias de bajos ingresos pueden tener menos acceso a actividades recreativas organizadas, estructuradas y costosas en el mundo real (por ejemplo, clubes deportivos, clases particulares, campamentos de verano especializados y programas de enriquecimiento) que podrían ocupar el tiempo de sus pares de ingresos más altos.
Derrames negativos: Las investigaciones sugieren que los adolescentes económicamente desfavorecidos pueden ser más propensos a reportar que sus experiencias en línea se "derraman" en interacciones y eventos negativos en el mundo real, y pueden tener un vínculo más fuerte entre el uso de las redes sociales y un peor bienestar psicológico.


En México no existe una investigación que analice a profundidad este tema. Las características socioeconómicas de la población hacen del tema uno profundamente político. Si el acceso a internet es bueno, se dijo durante décadas, ¿por qué habría el Estado de desmotivar su uso? Eso traería una serie de cuestionamientos sobre los contenidos que se encuentran en el mundo digital y, a menos que el tema sea eminentemente político (infodemia), el Estado ha preferido abstenerse de juzgar lo que millones de mexicanos consumen en las “benditas redes sociales”.
El tema da para mucho y seguramente lo tocaremos en nuevas entregas. Por lo pronto el Pew Research Center avanzó la discusión para los especialistas en el tema.
Dos artículos académicos se encuentren aquí:
Second-Level Digital Divide: Mapping Differences in People's Online Skills
Adolescents’ internet use: Testing the ‘‘disappearing digital divide’’ versus the ‘‘emerging digital differentiation’’ approach
La discusión continúa. Explora más textos sobre medios y cultura digital juvenil en:





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