El casual viewing de Netflix y el efecto reforzado de la doble pantalla
- hace 32 minutos
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Por Eduardo Portas Ruiz // Profesor investigador del Centro de Investigación para la Comunicación Aplicada (CICA) de la Universidad Anáhuac México
En X: @EduPortas
En esta época de guardar es común escuchar que los amigos y familiares se toman una o dos tardes para ver, películas y series completas para ponerse al día con los demás.

El famoso binge watching no es nada nuevo. Comenzó a popularizarse cuando menos desde 2010 al momento que el gigante Netflix se expandía en el continente americano. En esa época era habitual comprar DVDs, así que consumir una serie completa en una tarde tampoco era desconocido.
Pero el término binge watching solo llegó al ojo público en la era del stream.
A la fecha, los mexicanos pasan 1 hora y 40 minutos consumiendo algún tipo de contenido que se transmite por stream digital, de acuerdo con la firma de análisis We Are Social.
A primera instancia el dato no es extraordinario. De hecho, los mexicanos siguen consumiendo television tradicional (en particular abierta) con mayor intensidad que el streaming. El mismo reporte determino que este consumo ronda 2 horas y 16 minutos.
Pero aquí es donde el tema se pone más interesante.
Los mexicanos usan internet entre 7 horas y 30 minutos y 8 horas todos los días. De este gran dato más o menos 4 horas y 30 minutos se pasan específicamente en el celular.
Eso quiere decir que aún cuando las personas están haciendo otra cosa, como ver la televisión, están consumiendo algún tipo de contenido en su teléfono. El traslape es normal.

Netflix lo sabe muy bien y desde hace algunos años incluye una categoría en su algoritmo llamada “Para pasar el rato” o lo que es lo mismo casual viewing. La categoría especifica en Netflix puede acceder aquí.
Para aquellos que no conocen esa categoría, en ella se incluyen series que son fáciles de consumir y exigen poco al espectador. No son malas, pero tampoco son Ciudadano Kane.
El factor clave es que las personas hacen otra cosa al verlas. Lavar la ropa, contestar mensajes, barrer el piso, cocinar, doblar la ropa, etc.
El fenómeno es nada raro para México. Es bien sabido que la televisión funciona para muchos mexicanos como un radio: ese ruido de fondo le da calor a millones de hogares en nuestro país.
Pero el hallazgo de Netflix va mucho más allá.
La compañía se ha especializado en este tipo de contenidos porque sabe que son preferibles (y tal vez más baratos) que los programas más difícil de consumir. Mientras más tiempo pasa un usuario en la plataforma mejor, sin importar si está poniendo atención a lo que ve. Netflix puede utilizar esos números a su favor para saciar a sus inversionistas.
Ahí se encuentran, solo por mencionar algunas: Brooklyn Nine-Nine, Derry Girls, PrettySmart, Young Sheldon, Trailer Park Boys, One Day at a Time, The Office (US Version), Sr. Iglesias, y un largo etcétera.
Algunas de estas series vienen de la televisión tradicional, otras fueron creadas expresamente para el streaming.
En todo caso el objetivo fue el mismo: permitir que las personas pudieran hacer otra cosa al encender la pantalla, incluyendo ver otra. El efecto de la doble pantalla ha sido bien estudiado. Las personas gustan compartir sus pensamientos o ponerse al día mientras ven algo en la tele.
Por esa razón, muchas series han optado por enfatizar ciertos diálogos o momentos de gran importancia para recalcar puntos clave de la trama.
Algunos consideran que esto demerita la calidad general del programa al ser condescendiente con las audiencias. Otros ni lo notan. El fenómeno es tan común que hasta The Guardian publicó un reportaje sobre el asunto.
Esto no sería un problema si no fuera porque parecería que el streaming comienza a parecerse demasiado a la televisión abierta y su parrilla de programas de bajísima calidad. La razón principal por la que las audiencias contratan cable o streaming es justamente para consumir programas de mejor calidad (de los anuncios mejor ni hablamos, pues ni en las plataformas se puede evadirlos).
La realidad es que cada vez es más difícil encontrar programas de buena calidad en las plataformas. En épocas vacacionales esta ausencia es obvia.
¿Las plataformas se han rendido al casual viewing o los espectadores se están haciendo más exigentes?
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