De la promesa al vértigo: inteligencia artificial y la educación en la era de la infoxicación
- 2 sept
- 5 Min. de lectura

I. Introducción: de lo posible a lo problemático
En medio de una acelerada transformación tecnológica, la inteligencia artificial (IA) ha irrumpido en el campo educativo como una fuerza ambivalente: por un lado, se presenta como solución innovadora para los desafíos pedagógicos del siglo XXI; por otro, genera profundas tensiones éticas, cognitivas y formativas que desafían los fundamentos de lo que entendemos por enseñanza y aprendizaje.
El artículo “La inteligencia artificial en la educación: ¿transformación o infoxicación? Un análisis crítico de la nueva frontera educativa”, publicado en la revista Sintaxis, representa uno de los esfuerzos más lúcidos por detenerse, reflexionar y problematizar este fenómeno más allá del entusiasmo tecnófilo o del rechazo apocalíptico. A través de una investigación crítica y empírica, el texto invita a pensar con profundidad las condiciones simbólicas, sociales y culturales que acompañan la inserción de tecnologías de IA en el aula.
Lejos de ofrecer una celebración acrítica de las plataformas inteligentes o un alegato conservador por la pedagogía tradicional, el texto propone una mirada transdisciplinaria, informada y comprometida con una alfabetización digital ética y emancipadora.
II. ¿Transformación o infoxicación?: la paradoja fundante
Desde su título, el artículo plantea una pregunta que no es retórica, sino urgente: ¿estamos asistiendo a una verdadera transformación educativa con la incorporación de la IA, o estamos siendo víctimas de una infoxicación tecnocéntrica que trivializa el aprendizaje?
La idea de infoxicación —popularizada por Alfons Cornella y retomada en múltiples estudios— refiere a una saturación de información que en lugar de facilitar la comprensión, paraliza la acción y confunde los criterios. En este caso, se trata de una infoxicación tecnológica: una sobreoferta de herramientas digitales (chatbots, plataformas de predicción, motores de personalización, evaluadores automáticos, etc.) que no necesariamente se integran de manera crítica y pedagógica al currículo, sino que muchas veces son consumidas como gadgets sin reflexión.
El artículo documenta cómo, en lugar de propiciar aprendizajes más profundos, muchas soluciones basadas en IA tienden a reforzar modelos repetitivos, automatizados y descontextualizados. Así, lo que se presenta como “innovación” puede terminar reproduciendo esquemas obsoletos de enseñanza bajo una capa de interfaz atractiva.
III. Aproximación metodológica: escuchar a quienes enseñan
Uno de los grandes méritos del artículo es su dimensión empírica. Basado en entrevistas a docentes y estudiantes universitarios de Sinaloa (México), el texto busca comprender no solo el uso real de la IA en el aula, sino también las representaciones sociales que acompañan dicho uso.
La elección metodológica —un diseño cualitativo no experimental, de tipo transversal— permite recoger testimonios valiosos sobre cómo los actores educativos viven, interpretan y resignifican la tecnología. Esta decisión metodológica aleja al estudio de los lugares comunes y lo ancla en la experiencia situada de la comunidad académica.
Las voces de docentes y estudiantes muestran que la IA está presente en su vida cotidiana, pero muchas veces se utiliza de manera superficial, mecánica o meramente operativa: para buscar información, agendar tareas o generar resúmenes. Pocos reconocen un impacto profundo en su modelo de enseñanza-aprendizaje.
IV. Representaciones sociales de la inteligencia artificial: entre la fascinación y el miedo
El artículo se apoya en la teoría de las representaciones sociales de Moscovici para analizar cómo la IA es comprendida, temida, idealizada o malinterpretada por los docentes. Aquí, la cultura popular —y especialmente las narrativas distópicas de la ciencia ficción— juega un papel clave en la construcción de imaginarios.
El miedo a ser reemplazados, la desconfianza frente a los algoritmos, la visión de la IA como “caja negra” incontrolable, conviven con la fascinación por su rapidez, su poder de cálculo y su capacidad de predicción. Esta ambivalencia impide, muchas veces, una integración pedagógica genuina y transforma la tecnología en un fetiche: algo que se admira sin comprender.
Esta dimensión simbólica es fundamental: no basta con capacitar técnicamente a los docentes. Es necesario formar en pensamiento crítico, en análisis de discurso, en ética de la tecnología, en comunicación digital. Solo así la IA podrá ser comprendida como herramienta al servicio del sujeto, y no como sustituto del pensamiento.
V. Del paradigma transmisivo al aprendizaje personalizado: promesas y trampas
El artículo reconoce que la IA ofrece oportunidades inéditas para la personalización del aprendizaje, el análisis de trayectorias escolares, la detección de riesgos y la creación de itinerarios adaptativos. Sin embargo, advierte también que muchas de estas promesas están mediadas por una lógica de eficiencia y rendimiento que puede reducir la complejidad del acto educativo.
Cuando el éxito se mide solo por la velocidad, la automatización o el cumplimiento de métricas algorítmicas, el riesgo es deshumanizar la enseñanza. El texto denuncia la tentación de transformar al estudiante en un dato y al docente en un operador de plataformas. Frente a ello, propone recuperar el valor de la mediación humana, del error, de la pausa, del diálogo.
La IA puede ser una aliada pedagógica poderosa, pero solo si se integra en un marco formativo que priorice la autonomía, la conciencia crítica y la construcción colectiva del conocimiento.
VI. Competencias para una ciudadanía digital crítica
El texto insiste en que la mera alfabetización tecnológica no es suficiente. Es necesario desarrollar una alfabetización digital crítica, que incluya:
Habilidades técnicas para usar plataformas;
Capacidades éticas para discernir usos responsables;
Pensamiento crítico para analizar los discursos que rodean a la IA;
Sensibilidad política para reconocer los intereses detrás de las tecnologías;
Conciencia epistemológica para reflexionar sobre qué tipo de conocimiento se valida, se automatiza o se excluye.
En otras palabras: se trata de formar una ciudadanía capaz de habitar el ecosistema digital no como consumidor pasivo, sino como sujeto consciente, crítico y transformador.
VII. Condiciones para una integración significativa de la IA en la educación
El artículo señala cinco condiciones básicas para una integración pedagógica responsable de la inteligencia artificial:
Marco ético claro: regulaciones, principios y valores que orienten el uso de estas tecnologías.
Formación docente continua: más allá de tutoriales, se requiere acompañamiento reflexivo y humanista.
Participación activa de estudiantes: no como objetos de análisis algorítmico, sino como coautores del proceso educativo.
Evaluación crítica de herramientas: no todo lo que brilla en el mercado edtech es útil o deseable.
Contextualización cultural y local: la IA no debe imponerse como modelo universal, sino adaptarse a las realidades diversas del aula.
Solo así será posible pasar de la fascinación a la apropiación, de la moda a la transformación profunda.
VIII. El docente como mediador, no como operador
Uno de los aportes centrales del texto es la defensa del papel del docente en la era de la IA. Lejos de verlo como una figura obsoleta o en peligro de desaparición, el artículo lo reivindica como mediador simbólico, ético, emocional y epistemológico.
El maestro no compite con la IA en términos de velocidad o memoria. Su tarea es otra: generar vínculos, despertar preguntas, contener afectos, habilitar sentidos. En un mundo donde los datos abundan pero los criterios escasean, el docente es más necesario que nunca como brújula interpretativa.
IX. ¿Una nueva frontera o una vieja evasión?
El artículo cierra con una pregunta provocadora: ¿realmente estamos frente a una nueva frontera educativa, o estamos reciclando viejos discursos de modernización sin cambiar las estructuras profundas?
La tecnología, por sí sola, no transforma. Puede ser catalizadora de procesos, pero solo si hay voluntad política, visión pedagógica y conciencia ética. De lo contrario, corre el riesgo de ser un espejismo: una cortina de innovación que oculta precariedad, desigualdad y deshumanización.
X. Educar en el tiempo del algoritmo
Desde el Human & Nonhuman Communication Lab, este artículo resuena como un llamado urgente a pensar la educación en clave de razón abierta, de cuidado y de justicia cognitiva. La inteligencia artificial es parte del presente —no del futuro—, y su impacto dependerá de cómo la comprendamos, la cuestionemos y la integremos desde el humanismo crítico.
Frente al entusiasmo ciego o el rechazo visceral, el artículo propone una tercera vía: una pedagogía crítica de la inteligencia artificial, que combine saber técnico con sensibilidad ética, análisis estructural con prácticas colaborativas, conciencia digital con imaginación pedagógica.
No se trata de enseñar con robots, sino de enseñar a pensar en un mundo habitado por ellos.
📘 Te invitamos a leer el artículo completo en SciELO:
👉 La inteligencia artificial en la educación: ¿transformación o infoxicación? Un análisis crítico de la nueva frontera educativa https://www.scielo.org.mx/pdf/sintaxis/n14/2594-1682-sintaxis-14-69.pdf




Comentarios