¿Transformación o infoxicación? La inteligencia artificial en la educación como nueva frontera crítica
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Actualizado: hace 13 horas

En una época en la que la educación se debate entre la esperanza de la transformación digital y el temor a ser devorada por la sobreinformación, el artículo del Dr. Ulises Suárez Estavillo titulado “La inteligencia artificial en la educación: ¿transformación o infoxicación? Un análisis crítico de la nueva frontera educativa”, publicado en la revista Sintaxis de la Facultad de Comunicación de la Universidad Anáhuac México, emerge como una brújula reflexiva para comprender uno de los dilemas más urgentes de la pedagogía contemporánea: cómo adoptar tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial (IA) sin perder la brújula ética, crítica y humana del aprendizaje.
Este artículo no solo ofrece datos y teorías. Es, ante todo, una llamada a la lucidez en medio de un torrente caótico de promesas tecnológicas y discursos dominantes sobre la automatización de lo educativo. Y por ello, su lectura es clave para todo educador, gestor, estudiante o pensador que intente construir una visión integral de la educación en la era de la IA.
I. Inteligencia artificial en el aula: ¿disrupción o repetición?
Suárez Estavillo parte de una constatación fundamental: la IA no es una promesa futura. Ya está aquí, presente en plataformas educativas, algoritmos de personalización, chatbots, asistentes virtuales, evaluadores automatizados, programas de tutoría inteligente y sistemas predictivos de desempeño académico. Y sin embargo, pese a su creciente implementación, la adopción efectiva de estas tecnologías en el ámbito educativo es todavía fragmentaria, limitada y en ocasiones superficial.
La investigación cualitativa llevada a cabo en la Universidad Autónoma de Sinaloa muestra un dato revelador: tanto docentes como estudiantes conocen la IA, pero su uso está restringido a funciones básicas o administrativas. La representación de la IA se limita a tareas como agendar actividades, facilitar búsquedas o automatizar exámenes. La promesa de una IA como aliada pedagógica sigue siendo más un slogan que una realidad cotidiana.
¿Por qué esta distancia entre el discurso entusiasta y la práctica educativa real?
II. Infoxicación: el ruido que impide el cambio
El concepto de infoxicación, desarrollado por Alfons Cornella y ampliado por diversos autores citados en el artículo, se vuelve aquí clave. En lugar de facilitar la adopción informada de la IA, la saturación de datos, noticias contradictorias, promesas exageradas y desinformación en redes sociales ha generado en el profesorado una actitud de recelo, parálisis o incluso rechazo.
En la práctica, la infoxicación actúa como un freno epistémico: ante el exceso de información no filtrada, los docentes optan por mantenerse en lo que conocen. De este modo, la educación digital corre el riesgo de reproducir los esquemas pedagógicos tradicionales bajo nuevas interfaces tecnológicas. A eso se refiere Suárez Estavillo cuando señala que la transformación solo será posible si va acompañada de una alfabetización crítica y mediática que permita discriminar, interpretar y aplicar estratégicamente las herramientas de IA.
III. Representaciones sociales: la cultura popular como campo de batalla
Uno de los grandes aciertos del artículo es vincular la resistencia docente con las representaciones sociales sobre la IA, muchas veces construidas no por la evidencia científica, sino por el cine distópico, las redes sensacionalistas y los relatos catastrofistas. Desde Terminator hasta Black Mirror, la IA aparece como amenaza o sustituto del ser humano. Estas imágenes han calado profundamente en el imaginario social y académico.
Suárez Estavillo recupera la Teoría de las Representaciones Sociales de Moscovici para mostrar cómo estos marcos simbólicos condicionan la forma en que los docentes interpretan y valoran la IA. Así, antes que formarse sobre la utilidad real de estas tecnologías, muchos educadores reaccionan emocional e ideológicamente, reforzando sesgos que perpetúan prácticas pedagógicas conservadoras.
IV. ¿Formación técnica o alfabetización integral?
El texto insiste en un punto neurálgico: la formación docente debe ir más allá de la técnica. No basta con enseñar a usar plataformas o algoritmos. Es necesario formar en la reflexión ética, en el análisis crítico de las tecnologías, en la comprensión de sus sesgos, en la evaluación de su pertinencia pedagógica. Como bien advierte el autor, una IA implementada sin esta mirada crítica puede terminar reproduciendo automatismos sin alma, profundizando desigualdades y debilitando la dimensión humanista de la educación.
La propuesta no es tecnofóbica. Suárez Estavillo reconoce el enorme potencial de la IA para personalizar el aprendizaje, optimizar procesos, anticipar riesgos, adaptar ritmos y ofrecer retroalimentación inmediata. Pero también advierte que estos beneficios solo serán aprovechables si se insertan dentro de una pedagogía reflexiva, ética y sensible a la diversidad.
V. Modelos teóricos que iluminan la complejidad
El artículo se apoya en una sólida base teórica. Retoma modelos como el TAM (Technology Acceptance Model) de Davis y la UTAUT (Unified Theory of Acceptance and Use of Technology) de Venkatesh, que explican cómo la utilidad percibida, la facilidad de uso y la presión social inciden en la adopción tecnológica. A estos modelos añade la perspectiva crítica de autores como Selwyn, Sweller y Ferrés para señalar los límites y paradojas de estos enfoques cuando no se consideran las representaciones sociales, las tensiones ideológicas o la sobrecarga cognitiva generada por la infoxicación.
En este cruce de modelos, el artículo propone una síntesis: no se puede adoptar la IA sin una formación en competencias mediáticas, sin una reflexión crítica sobre los relatos hegemónicos de la tecnología y sin una pedagogía situada que contextualice cada herramienta.
VI. La paradoja del experto: saber más no siempre significa aceptar más
Un hallazgo interesante de la investigación es que incluso los docentes con mayor formación técnica muestran reservas frente a la IA. Este dato rompe con la idea de que la resistencia se debe solo a la falta de conocimiento. En realidad, muchos expertos reconocen los riesgos éticos, la opacidad de los algoritmos, la pérdida de agencia o la posibilidad de que los estudiantes se vuelvan dependientes de tecnologías automatizadas.
Así, el artículo plantea una paradoja: más conocimiento técnico no siempre implica mayor aceptación. La clave está en el tipo de saber que se promueve. Si se enfatiza solo la utilidad instrumental, se corre el riesgo de invisibilizar las implicaciones políticas, epistémicas y pedagógicas de la IA. Pero si se cultiva una inteligencia crítica, entonces la IA puede ser adoptada con discernimiento y conciencia.
VII. ¿Una IA para liberar o para controlar?
En su parte final, el artículo lanza una pregunta incómoda pero necesaria: ¿la IA está siendo integrada para democratizar el conocimiento o para controlar más eficazmente el comportamiento de los estudiantes? ¿Estamos ante una herramienta de empoderamiento o de vigilancia pedagógica? Esta tensión atraviesa todo el texto.
Suárez Estavillo no ofrece respuestas definitivas, pero exige una vigilancia epistémica: cada innovación debe ser evaluada no solo por su funcionalidad, sino por sus efectos sobre la autonomía, la subjetividad, la equidad y el sentido del aprendizaje. En este sentido, la IA se convierte en una prueba de fuego para la ética educativa.
VIII. Hacia una pedagogía de la presencia crítica
El artículo concluye con una invitación: construir una pedagogía de la presencia crítica en tiempos de algoritmos, donde el docente no sea desplazado por la máquina, sino que se convierta en mediador ético, en facilitador del pensamiento complejo, en generador de contextos significativos.
Esto exige rediseñar los procesos de formación docente, fomentar comunidades de práctica, crear marcos normativos que regulen el uso de la IA y, sobre todo, resistir la tentación de reducir la educación a datos, métricas y automatismos. La IA no debe ser una prótesis de la enseñanza, sino una herramienta que potencie su dimensión más humana: el vínculo, el sentido, la pregunta.
📚 Te invitamos a leer el artículo completo:
👉 La inteligencia artificial en la educación: ¿transformación o infoxicación? Un análisis crítico de la nueva frontera educativa – Revista Sintaxis https://revistas.anahuac.mx/index.php/sintaxis/article/view/2843/2857
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