La polémica de la feminidad sureña y la esclavitud en Gone With The Wind
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Por Isabel Lincoln-Strange con apoyo de IA
En junio de 2020, en plena pandemia por Covid 19, La plataforma HBO Max decidió retirar temporalmente la película Lo que el viento se llevó de su catálogo, después de crecientes críticas que señalan que el filme perpetúa estereotipos racistas y una visión idealizada de la esclavitud. La decisión se dio en un contexto de protestas contra el racismo tras la muerte de George Floyd, que reavivaron el debate sobre representaciones históricas insensibles en el entretenimiento.
Lo que el viento se llevó (Gone With the Wind, Victor Fleming, 1939) construye, reproduce y legitima modelos de feminidad profundamente inscritos en su contexto histórico y cultural. La cinta es uno de los monumentos del Hollywood clásico que funciona como artefacto ideológico que dialoga simultáneamente con la Guerra Civil estadounidense y con los años treinta y cuarenta, época de la producción y circulación del filme; es decir, es una doble ventana en la que dialogan las tensiones de su propio presente con un pasado que seguí generando estragos en la sociedad estadounidense.
La noción de Terry Eagleton (2003) sobre la doble ausencia permite comprender que Lo que el viento se llevó no representa la Guerra Civil tal como ocurrió, sino que construye una idea de un pasado filtrado por las ideologías activas en la sociedad estadounidense de 1936 a 1940. El filme es un punto de encuentro entre lo que se recuerda y lo que se quiere recordar; entre la historia y la memoria ideológica. En este sentido, la cinta dispone, organiza y legitima roles femeninos que responden a modelos normativos del siglo XIX, pero también a las expectativas del público que la recibió en pleno auge del New Deal, en un país atravesado por desigualdades económicas y marcado por la segregación racial.
Sandra Gilbert y Susan Gubar (1988) identificaron la existencia de la dicotomía de la mujer como ángel o como monstruo en los personajes literarios del siglo XIX. Este binarismo no sólo atraviesa el relato en el filme, sino que configura la trama. Ellen O’Hara, Melanie Hamilton cumplen con los mandatos de sumisión, caridad, abnegación y piedad, y son elevadas como figuras angelicales, que responden de manera arquetípica a la angelicalidad victoriana. En contra parte, Scarlett O’Hara rebasa los límites del rol femenino y es vita como manipuladora, egocéntrica, caprichosa o inmoral. Scarlett es presentada desde el inicio como una joven bella, coqueta y manipuladora, que posee una capacidad extraordinaria de supervivencia y acción estratégica. Scarlett es la única que, frente al hambre, la ruina y la devastación, toma decisiones, trabaja y confronta la realidad sin romantizarla. Es decir, su monstruosidad proviene precisamente de su autonomía.
La producción y el estreno estuvieron marcados por un contexto complejo que influyó directamente en su realización. La cinta tardó tres años en concretarse tras la compra de los derechos en 1936, e implicó un casting masivo de más de 1,400 aspirantes para interpretar a Scarlett O’Hara. La salida de George Cukor y la entrada de Victor Fleming revelaron las tensiones ideológicas del estudio. Clark Gable ganó cinco veces más que Vivien Leigh y ambos mucho, mucho más que Hattie McDaniel. Estos hechos evidenciaron las desigualdades de género y raza en Hollywood. Lo más terrible de todo es que Hattie McDaniel sufrió la segregación racial: no pudo asistir a la premiere en Atlanta pese a que su actuación la llevaría a ganar un Oscar. No obstante, este extraordinario filme, sin duda, expone una visión romantizada de la esclavitud, un hecho que sigue tocando fibras sensibles hasta nuestros días.
Te recomiendo leer el capítulo: Lincoln Strange, I. (2020). Ángeles o monstruos: las mujeres en Lo que el viento se llevó. En Ortega, A. y Achondo, S. Otra mirada. Mujeres en el séptimo arte. Río Subterráneo, Humanidades. https://www.researchgate.net/publication/371949080_Angeles_o_monstruos_las_mujeres_en_Lo_que_el_viento_se_llevo#fullTextFileContent
Eagleton, T. (2003). Hacia una ciencia del texto. En N. Araújo y T. Delgado. Textos de teoría y críticas literarias. De los formalistas rusos a los estudios poscoloniales. 559-565. UAM.
Gilbert, S. M. y Gubar, S. (1988). La loca del desván. La escritora y la imaginación literaria del siglo XIX. Cátedra, Instituto de la Mujer.




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