El Futuro de la Tecnología Digital: La Necesidad Urgente de Establecer Estándares Éticos Globales
- 14 jul
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Por: Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo, Human & Nonhuman Communication Lab, Facultad de Comunicación, Universidad Anáhuac México
El vertiginoso avance de la inteligencia artificial (IA) y las tecnologías inteligentes está transformando profundamente el panorama global, afectando nuestras interacciones, economías y la manera en que tomamos decisiones. A medida que la digitalización y la automatización ganan terreno, la pregunta crucial ya no es si la tecnología digital modelará nuestras vidas, sino cómo lo hará y, lo que es más urgente, con qué principios éticos se gestionará. La digitalización, con su promesa de eficiencia y progreso, está desbordando las fronteras nacionales, sociales y culturales. ¿Cómo podemos garantizar que las tecnologías emergentes no perpetúen las desigualdades existentes, sino que, por el contrario, contribuyan a un futuro más inclusivo y justo para todos?
A través de la voz de Ayed Abdulhadi Al-Ruwaili, su artículo "A digitalized world map: The digital age demands global, ethical tech standards", resalta una de las mayores paradojas de nuestra era digital: aunque las tecnologías avanzan rápidamente, las normas éticas y los marcos regulatorios para guiar su desarrollo siguen siendo fragmentados y, en muchos casos, obsoletos. En palabras del propio autor, "estamos creando un mundo digital sin un plano para la seguridad, la equidad y el impacto a largo plazo".
La Ausencia de Normas Globales: Una Brecha que Amenaza la Confianza Pública
Las estadísticas son elocuentes. En 2024, solo en Estados Unidos, la Identity Theft Resource Centre reportó 3,205 violaciones de datos, exponiendo casi 12 mil millones de registros, lo que marca un aumento alarmante de 312% en víctimas respecto al año anterior. Globalmente, los registros comprometidos crecieron de aproximadamente 730 millones en 2023 a más de 5.5 mil millones en 2024, con un promedio de 180 cuentas comprometidas cada segundo. Estos datos no son meras anomalías técnicas; son indicios de un fracaso estructural en la manera en que diseñamos y regulamos nuestros sistemas digitales.
La pregunta es: ¿por qué la tecnología digital no está regida por las mismas normas rigurosas que aplicamos a otros sectores como la aviación, la seguridad alimentaria o la construcción? Si esperamos estándares estrictos para garantizar la seguridad y la fiabilidad en estos campos, ¿por qué deberíamos aceptar que el avance de la IA y otras tecnologías digitales transcurran sin una regulación ética sólida? Las respuestas a estas preguntas nos indican una brecha crítica en la confianza pública, que cada vez está más vinculada a la forma en que gestionamos las tecnologías.
Un Futuro Sin Fronteras: La Necesidad de Normas Inclusivas y Ágiles
Como bien subraya Al-Ruwaili, los estándares tecnológicos actuales siguen siendo predominantemente impulsados por las perspectivas del Norte Global, dejando de lado las realidades, valores y necesidades de los países emergentes. Este fenómeno, al que podemos denominar como colonialismo digital, tiene el potencial de perpetuar las desigualdades, ya que las tecnologías no reflejan adecuadamente las diversas realidades culturales, económicas y políticas de todo el mundo.
Los avances en IA están siendo desplegados de manera desigual, con países del Sur Global, como aquellos en África, América Latina y Asia, adoptando estas tecnologías principalmente en sectores como la agricultura, la educación y la salud pública. Es imperativo que las normativas internacionales aborden de manera integral la diversidad de contextos donde estas tecnologías se implementan, para que los beneficios de la digitalización no se concentren únicamente en los países más desarrollados, sino que se distribuyan equitativamente entre todas las regiones.
Además, la rapidez con la que la tecnología evoluciona nos exige procesos de gobernanza más ágiles, que puedan adaptarse al ritmo de los avances tecnológicos sin quedar atrapados en procedimientos burocráticos que demoran la toma de decisiones cruciales.
Tres Pasos Clave para Impulsar el Futuro Responsable de la Tecnología Digital
La necesidad de un marco ético global para la tecnología no es una cuestión futura, sino urgente. Ayed Abdulhadi Al-Ruwaili ofrece tres pasos clave para acelerar la adopción de estándares responsables y globalmente reconocidos:
1. Incorporar la ética desde el diseño: Las empresas deben integrar principios de derechos humanos, impacto social y riesgos a largo plazo desde el inicio del desarrollo tecnológico. Esto implica que las empresas no solo se limiten a crear productos, sino que los diseñen pensando en el bienestar social y colectivo. Los equipos de desarrollo deben colaborar estrechamente con éticos, comunidades afectadas y expertos en derechos humanos para garantizar que la IA no sea una herramienta que perpetúe o amplifique las injusticias sociales.
2. Vincular los estándares con incentivos: Los estándares éticos no solo protegen al público, sino también a las propias empresas. Los gobiernos pueden incentivar el uso de mejores prácticas al vincular contratos de adquisición, investigación y subvenciones a la adopción de estándares internacionales reconocidos. Esto no solo asegura el cumplimiento, sino que también promueve la competitividad.
3. Usar plataformas multilateralistas para coordinar globalmente: No podemos esperar que una sola nación o empresa maneje de forma aislada los riesgos digitales. Organismos como el Foro Económico Mundial, la UNESCO y la OCDE están en una posición única para fomentar la coordinación global en materia de gobernanza digital, asegurando que las normas éticas sean aplicadas de manera efectiva en todo el mundo.
Hacia un Futuro Más Inclusivo: Normas Éticas Globales como Bien Público
En un futuro donde las tecnologías digitales no solo guiarán los resultados de búsqueda, sino que también modelarán economías, servicios públicos y derechos individuales, es imperativo que las normas éticas se conviertan en un bien público. En este sentido, la ética en el diseño no debe ser vista como una desventaja competitiva, sino como el punto de partida para la innovación.
El reto está claro: diseñar tecnologías con intención, inclusión y responsabilidad o arriesgarse a erosionar la confianza pública y la cohesión social. La elección está en nuestras manos.
La Urgencia de Actuar
El momento para actuar nunca ha sido tan urgente. El establecimiento de normas éticas globales para las tecnologías emergentes debe ser una prioridad, no solo para asegurar un futuro tecnológico justo y equitativo, sino para garantizar que las IA y otras herramientas digitales realmente sirvan al bien común. La gobernanza de la IA, impulsada por principios éticos, no es solo una posibilidad: es una necesidad si queremos evitar que la tecnología amplíe aún más las desigualdades existentes.
La tecnología debe abrir puertas, no cerrarlas. Es tiempo de construir una IA que vea, valore y trabaje para todos nosotros. Este es el futuro que debemos crear, y comienza ahora.
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