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La hiperconectividad de los periodistas gastronómicos en medios españoles

  • 10 mar
  • 3 Min. de lectura




Por: María Yanet Acosta Meneses, Universidad Rey Juan Carlos

Francesc Fusté-Forné, Universidad de Girona


El confinamiento de 2020 transformó radicalmente la dinámica del periodismo gastronómico en España. En un contexto en el que la mayoría de las redacciones trabajaban de forma remota, los periodistas gastronómicos enfrentaron un reto sin precedentes: mantenerse conectados con sus audiencias en un entorno digital saturado de información y en un momento en el que la gastronomía pasó de ser una experiencia social a una actividad doméstica.


Este artículo analiza la hiperconectividad de los periodistas gastronómicos durante la pandemia y cómo esta transformó sus prácticas profesionales. A través del estudio de caso de dos secciones especializadas en medios españoles, Ser Gastro y Comer La Vanguardia, se exploran las estrategias utilizadas para mantener la relevancia de la información gastronómica en tiempos de crisis y cómo estas evolucionaron tras la pandemia.


Periodismo gastronómico y el reto de la hiperconectividad

El periodismo gastronómico ha experimentado una evolución significativa en las últimas décadas, pasando de la crítica tradicional en prensa escrita a una producción transmedia que abarca blogs, redes sociales y formatos audiovisuales. En este contexto, la hiperconectividad se ha convertido en un elemento central del ejercicio periodístico, permitiendo una interacción más inmediata y cercana con el público.


La pandemia aceleró este proceso. En España, los periodistas gastronómicos recurrieron a plataformas como Instagram, Twitter, Twitch y TikTok para mantener su conexión con la audiencia. Iniciativas como los directos en redes sociales, los podcasts y los videos de recetas con chefs reconocidos se convirtieron en herramientas clave para sostener el vínculo con los lectores y oyentes.


El caso de Ser Gastro: innovación en tiempo de crisis

Durante el confinamiento, Ser Gastro, la sección gastronómica de la Cadena Ser coordinada por Carlos G. Cano, adoptó una estrategia basada en la interacción directa con la audiencia. Mediante los directos de Instagram bajo el formato #Gastroconfinados, el periodista conversaba con chefs y expertos en gastronomía, combinando el entretenimiento con la información sobre la crisis que enfrentaba el sector de la restauración.


Además, Cano utilizó Twitter para amplificar la conversación en torno a la cocina doméstica con el hashtag #cocinemosjuntos, una iniciativa que reunió a miles de usuarios compartiendo sus experiencias culinarias en redes sociales.


Sin embargo, tras el confinamiento, la sección regresó a su dinámica tradicional, reduciendo su presencia en plataformas como Twitch e Instagram. Como señaló Cano en la entrevista realizada para este estudio, la hiperconectividad extrema no era sostenible sin recursos adicionales, por lo que el periodismo gastronómico volvió a centrarse en sus formatos habituales.


Comer La Vanguardia: de la inmediatez digital al documental gastronómico

En el caso de Comer La Vanguardia, la periodista Cristina Jolonch apostó por una combinación de estrategias. Durante la pandemia, la sección utilizó Instagram para compartir recetas de chefs reconocidos bajo el hashtag #loschefscocinanencasa, además de fomentar la participación ciudadana con #yomeloguiso.


Sin embargo, lo más destacado fue su enfoque en la documentación audiovisual. Jolonch y el fotoperiodista Samuel Aranda produjeron la serie de cortos documentales Sin Reservas, que narraba la experiencia de chefs españoles durante el confinamiento. Estos documentales ofrecieron una visión más profunda del impacto de la pandemia en el sector gastronómico y reforzaron el papel del periodismo como testigo de la realidad.


Después de la pandemia, Comer La Vanguardia consolidó su apuesta por los formatos digitales, manteniendo su podcast Quédate a Comer, donde Jolonch entrevista a figuras relevantes de la gastronomía.


Conclusión

El análisis de Ser Gastro y Comer La Vanguardia revela que la hiperconectividad fue una estrategia clave durante el confinamiento, permitiendo a los periodistas gastronómicos mantener el contacto con su audiencia en un momento de incertidumbre. Sin embargo, una vez pasada la crisis, la mayoría de estas iniciativas se redujeron, evidenciando las limitaciones estructurales del periodismo digital cuando no se cuenta con los recursos adecuados.


No obstante, la experiencia de la pandemia dejó una enseñanza clara: la hiperconectividad no es solo una estrategia de crisis, sino una herramienta que, bien utilizada, puede ampliar el impacto del periodismo gastronómico y consolidar su relevancia en la era digital.


Si deseas profundizar en este análisis, consulta el artículo completo en la revista Sintaxis:

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