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Cine y comunicación organizacional

  • 5 may
  • 2 Min. de lectura

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La comunicación es el corazón de las organizaciones, pero, ¿realmente se cumple este precepto? Hay varias películas que nos enseñan como es más fácil decirlo que hacerlo.


Una es la de Amor sin escalas (Reitman, 2009), sobre un agente (George Clooney) cuya chamba es quitarle la suya a otros. Así es: un oficio nada sexy, pero necesario, el de tener que recortar a la gente. Que alguien más haga por ti el trabajo sucio.


En esta cinta en la que también aparece Vera Farmiga nos hace reflexionar sobre la poca humanidad del mundo laboral.


Clonney está genial como el intenso y cínico Ryan Bingham y una muy joven Anna Kendrick como la ingenua Natalie Keener.


En El Juego de la Fortuna (Miller, 2011) Billy Beane es un ex jugador de beisbol que debe tratar de cambiar la cultura corporativa dentro de los Atléticos de Oakland. Al enfrentarse a un presupuesto muy ajustado, Beane debe hacer ajustes matemáticos y observar las estadísticas para saber a quién reclutar.




En el filme participa también Jonah Hill como un graduado de Harvard, que ayuda a diseñar la estrategia. Ambos se enfrentan a un mundo deportivo con una visión muy chapada a la antigua. El guion de Sorkin es atinado y afilado y está basado en el libro de Michael Lewis del mismo nombre. Terminamos de ver esta película sintiendo que aprendimos algo.


Tenemos una joya escrita por el maestro David Mamet: Éxito a cualquier precio (Foley, 1992). En esta adaptación fílmica de la obra teatral, nos encontramos con una serie de vendedores de bienes raíces, que están dispuestos a pisar al que sea, con tal de sobrevivir. Y es que tienen un reto imposible en sus manos, tal cual se los da a conocer el yuppie galán y triunfador, interpretado por Alec Baldwin: quien logre el primer lugar, se lleva un Cadillac. El segundo lugar, un juego de cuchillos de cocina. ¿Y el tercero? “¡Estás despedido!”




Tiene un reparto de lujo integrado por Jack Lemmon como Shelley Levene, alguna vez, el vendedor estrella de esa oficina. Al Pacino, otrora exitoso, recurre a prácticas inusitadas para tratar de lograr ventas. Otros vendedores son interpretados por Ed Harris y Alan Arkin… todos vieron glorias pasadas, todos tuvieron futuros promisorios. Ahora tienen hipotecas y desesperanza. Y aceitando la máquina, un gélido Kevin Spacey que no pestañea, que juega de acuerdo a las asfixiantes reglas.


Este filme tiene de los mejores diálogos que verán jamás en el cine, con una premisa organizacional no precisamente luminosa: el vendedor es el lobo del vendedor.


X: @adriana99

IG: @adrianafernandezcine

LInkedin: Adriana Fernandez RM

Mi crítica en Reforma de Goodbye Horses: Las Muchas Vidas de Q Lazzarus: https://www.reforma.com/goodbye-horses-mas-que-una-cancion/ar2996401

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