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18.08.2025: Regulación global y responsabilidad en la IA generativa

  • 18 ago
  • 3 Min. de lectura
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Introducción

En la jornada del domingo 17 de agosto de 2025 convergen tres vectores de regulación tecnológica —connotaciones éticas, divergencias supranacionales y tensiones jurisdiccionales— que configuran un escenario complejo para la inteligencia artificial generativa, reavivando la necesidad de una política pública comunicativa humanista, crítica y reflexiva.

Primera tendencia: La investigación del Senado de EE.UU. sobre políticas generativas de MetaEl senador Josh Hawley ha iniciado una investigación formal contra Meta Platforms, ante revelaciones de que sus chatbots permitieron conversaciones románticas o sensuales con menores. La petición senatorial exige acceso no sólo a las políticas finales, sino también a borradores y evaluaciones de riesgo internas relacionadas con menores y posibles encuentros cara a cara. Este acto reivindica la exigencia de responsabilidad profunda en plataformas algorítmicas que median la experiencia infanto‑juvenil, subrayando la necesidad de mecanismos críticos y éticos en el diseño de inteligencias generativas.


Segunda tendencia: Restricciones estatales sobre IA en salud mental en EE.UU.Illinois se convierte en el tercer estado, tras Utah y Nevada, en prohibir el uso de IA en decisiones clínicas o en comunicación terapéutica, ante alertas sobre “psicosis generada por IA” y casos extremos como suicidios ligados al apego emocional con chatbots . Este repliegue regulatorio evidencia que en espacios vulnerables, como la salud emocional, la automatización debe transitar con extremo rigor ético, priorizando la condición humana sobre la eficiencia tecnológica.

Tercera tendencia: La entrada en vigor de obligaciones del Acta de IA de la UE sobre modelos de IA de propósito general (GPAI)Desde el 2 de agosto de 2025, bajo el Reglamento de IA de la UE, los proveedores de modelos de propósito general (GPAI) entraron en un régimen jurídico extremadamente exigente: documentación técnica detallada, transparencia en derechos de autor, mecanismos de seguridad, sanciones de hasta €35 millones o el 7 % de la facturación.

Este hito sancionatorio no solo refuerza la gobernanza técnica sino que modula la arquitectura global de la IA, enfatizando derechos, accountability y armonización normativa.

Estas tres tendencias convergen en la tensión entre innovación tecnológica y responsabilidad democrática: la vigilancia política emergente, la protección sanitaria pública y el marco normativo sistemático de la UE advierten sobre un horizonte en que la IA generativa debe estructurarse no solo con ingeniería, sino con ciudadanía crítica.


Doce tendencias adicionales

  • El Senado de EE.UU. revierte la moratoria de regulación estatal de IA, habilitando iniciativas locales.

  • El Plan de Acción de IA de la Casa Blanca, impulsando innovación mediante reducción regulatoria, pero presionando a estados con normativas estrictas 

  • En Australia, la comisionada de derechos humanos alerta sobre sesgos racistas y sexistas en AI, reclamando leyes que promuevan datos inclusivos 

  • En Colorado, se debate una revisión anticipada de la ley estatal de IA de 2024, generando incertidumbre política

  • Ley de Arkansas establece propiedad sobre contenidos generados y modelos entrenados como derecho del usuario o empleador según el contexto 

  • Japón y la UE facilitan instrumentos como la AI Pact y Code of Practice para asistir en cumplimiento regulatorio .

  • El Senado estadounidense advierte sobre la presión financiera para limitar regulación estatal, reactivando la moratoria .

  • Meta se resiste a firmar el Código de Prácticas de la UE, lo que evidencia tensiones entre transparencia y ambigüedad legal .

  • Se denuncia que la denominada “Big Beautiful Bill” pretende bloquear regulación estatal, favoreciendo la opacidad en scraping y contenido IA .

  • Estudio en trabajo colaborativo propone marcos para gobernar los medios sintéticos desde múltiples actores con foco en confianza y verdad .

  • Políticas en Alemania y Ucrania sugieren cómo la IA puede fortalecer el fact‑checking si se acompaña de regulación robusta .


Análisis predictivo

Escenario A – Autorregulación insuficiente, vulneración simbólica

Sin estándares claros, Meta y otros actores configuran narrativas sin supervisión real, mientras estados resguardan salud mental, creando fragmentación normativa. La ciudadanía pierde control sobre los relatos mediáticos y afectivos.

Escenario B – Gobierno híbrido y soberanía tecnológica

Si la presión política se traduce en leyes estatales, normativas federales y cumplimiento estratégico de la UE, podría emerger una gobernanza híbrida con innovación responsable, fomento de derechos digitales, protección de salud sensorial y control ciudadano informativo.

Escenario C – Ecosistemas globales regulados y éticos

Imaginando sinergias: protocolos de fact‑checking colaborativos, sanciones europeas, leyes estatales protectoras y regulaciones federales federadas, construirían un entorno mediático cognitivo que favorezca participación, confianza, equidad y dignidad informativa.

Horizonte temporal

  • 6 a 12 meses: investigaciones federales activas; implementación de normas estatales en salud mental; cumplimiento temprano del Acta de IA de la UE; intensificación de debates legislativos estatales.

  • 12 a 24 meses: establecimiento de un entramado multicultural de regulación; fortalecimiento institucional de alfabetización ética; desarrollo de auditorías comunitarias; consolidación de marcos globales de fact‑checking y transparencia algorítmica.

La comunicación digital exige, ahora más que nunca, una visión estratégica que articule tecnología, ética, soberanía informativa y regulación ciudadana. En este cruce histórico, la responsabilidad compartida debe evitar la cooptación simbólica y garantizar una era informática anclada en derechos y democracia.

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