17.09.2025: Convergencia de riesgos geopolíticos y ciberseguridad en entornos IoT / AI
- 17 sept
- 8 Min. de lectura

Introducción
En este miércoles 17 de septiembre de 2025, emergen con claridad tres tendencias que configuran un nuevo umbral de urgencia para la comunicación digital, los sistemas inteligentes y la gobernanza global. Estas tendencias —la creciente interdependencia entre ciberseguridad, geopolítica y riesgo económico; la profundización de los marcos éticos y regulatorios de IA con énfasis en transparencia y responsabilidad; y la compleja fractura entre expectativas de adopción de IoT y la realidad de sus plataformas— delinean un escenario en el que el futuro tecnológico ya no puede pensarse sin sus costos, sus límites, sus afectaciones al tejido social, político y cultural.
Tendencia 1: Riesgo geopolítico en sistemas ciber‑físicos críticos (CPS / IoT) bajo incertezas económicas
Un reciente informe global de Claroty revela que 49 % de los profesionales de seguridad opinan que las políticas económicas globales y las tensiones geopolíticas están incrementando los riesgos para los entornos ciber‑físicos (CPS). PR Newswire Los activos críticos —infraestructuras operativas, sistemas de control industrial, redes de sensores desplegadas masivamente— se enfrentan a amenazas agravadas por cadenas de suministro vulnerables y por la convergencia creciente entre tecnología operativa y tecnología informática. Industrial Cyber+1
Desde lo social, la exposición de infraestructuras esenciales (agua, salud, transportes, energía) al riesgo de interrupciones o fallos inducidos por actores estatales o no estatales altera la confianza ciudadana, produce inseguridad y erosiona la percepción de la estabilidad institucional. Antropológicamente, este fenómeno redefine el sentido de lo público: ya no sólo importa la continuidad de servicios, sino la transparencia de gestión digital y las decisiones invisibles detrás de la seguridad tecnológica. Éticamente, obliga a preguntarnos por responsabilidad, atribución del daño, resiliencia, justicia entre regiones con distinta capacidad de defensa técnica, protección de pueblos vulnerables.
Culturalmente, la idea de progreso tecnológico se ve tinteada por temor: no sólo si la nueva característica funciona o no, sino si amenaza la seguridad física, la privacidad, el derecho a un entorno estable. Económicamente, los costos de asegurar cadenas de suministro, de auditar infraestructura crítica, de preparar respuestas, son elevados; pero también las pérdidas ante fallos podrían superar largamente cualquier ahorro a corto plazo. Políticamente, esta tendencia empuja a los estados a reconocer que la soberanía digital y la seguridad crítica no pueden externalizarse completamente; demandarán políticas nacionales de defensa ciberfísica, regulación de estándares de seguridad obligatorios, cooperación internacional más intensa.
Tendencia 2: Marcos éticos y regulaciones de IA cada vez más exigentes: responsabilidad, transparencia, mitigación de sesgos
La literatura académica reciente refuerza la idea de que no basta con principios —ética, transparencia, equidad— sino con marcos operativos que traduzcan esos principios en obligaciones verificables. Estudios como Responsible artificial intelligence governance: A review muestran acuerdos crecientes sobre principios éticos pero identifican una brecha concreta en cómo regularlos, responsabilizar actores y operar auditorías externas. ScienceDirect Otro trabajo, “AI Ethics: Integrating Transparency, Fairness, and Privacy…” propone marcos de mitigación de sesgos y exigencia de rendición de cuentas técnica. Taylor & Francis Online
Socialmente, esta tendencia responde al hartazgo de comunidades que experimentan discriminación algorítmica, opacidad en decisiones automatizadas, efectos adversos no anticipados. Antropológicamente, la identidad, el reconocimiento, la justicia social aparecen ahora no sólo como retos culturales, sino como estructuras que deben ser incorporadas en el diseño y despliegue tecnológico. Éticamente, se plantea que la transparencia no es un lujo, sino un requisito para la dignidad humana: saber cómo funciona el algoritmo, quién lo controla, quién puede corregirlo. Culturalmente, esta tendencia resuena con demandas de democracia digital, exigencia de participación ciudadana en decisiones tecnológicas, y de visibilidad del poder algorítmico.
Económicamente, las empresas se enfrentan a inversiones significativas: auditorías, personal especializado, certificaciones, cumplimiento; pero también hay mercados que valoran la confianza, y riesgos reputacionales crecientes que hacen de la ética un activo competitivo. Políticamente, los gobiernos deberán equilibrar la protección de derechos con no sofocar innovación, aunque la presión institucional y social hará difícil postergar estándares mínimos obligatorios.
Tendencia 3: Disilusión creciente en plataformas IoT horizontales vs innovación aplicada sectorial
El informe reciente de IoT Analytics revela que el mercado para plataformas horizontales de IoT —las que prometían un “todo en uno” para distintos sectores— ha pasado de una expectativa de “océano azul” a un “lago rojo”: complejidad de implementación, falta de adaptación sectorial, costos ocultos, incompatibilidades, y valor percibido inferior al esperado. IoT Analytics
Socialmente, esto significa que los usuarios finales —gobiernos, empresas, comunidades— están más conscientes de que la uniformidad no sirve: lo que importa son plataformas adaptadas, locales, sectoriales, con soporte técnico real. Antropológicamente, se evidencia que los modelos de adopción tecnológica se ajustan menos al ideal de disrupción universal y más al de apropiación contextual. Éticamente, hay una responsabilidad de los desarrolladores de IoT de no sobreprometer, de minimizar complejidad, de cerrar brechas técnicas, de permitir interoperabilidad transparente. Culturalmente, se resiente el discurso de la innovación como panacea: se valora más lo útil, lo robusto, lo mantenible.
Económicamente, los retornos de inversión se retrasan si las plataformas sin un claro nicho no generan valor inmediato; ello favorece modelos sectoriales especializados, soluciones más pequeñas y adaptadas que servicios gigantes horizontales con costes fijos altos. Políticamente, esto incentiva políticas públicas de apoyo a adopciones IoT sectoriales —por ejemplo salud, agricultura, ciudades inteligentes— con subsidios, estándares locales, interoperabilidad nacional, en vez de soluciones genéricas importadas.
Estas tres tendencias principales interaccionan estrechamente: la geopolítica agrava la urgencia regulatoria, la regulación ética busca salvaguardar frente a los riesgos que la inseguridad ciber‑física y los fracasos de IoT horizontal revelan, y al mismo tiempo la disilusión de plataformas exige transparencia real, no promesas vacías, tanto en seguridad como en valor entregado.
Otras doce tendencias relevantes
Incremento del estandar ligero de criptografía para dispositivos IoT: como responde NIST mediante estándares de criptografía ligera para dispositivos con recursos limitados, para asegurar integridad y confidencialidad aún en sensores pequeños. Se relaciona con la Tendencia 1 y 3 pues mejora la seguridad institucional y confía en hardware confiable. Tenable®
Educación y capacitación en ciberseguridad enfocada en IoT: programas que cierran brechas de conocimiento técnico en equipos operativos, instalaciones industriales y comunidades vulnerables; ligada directamente a la responsabilidad ética y a la capacidad de responder al riesgo geopolítico. ISACA
Auditorías automatizadas para seguridad de IoT de consumo: camino abierto para evaluar vulnerabilidades de grandes cantidades de dispositivos mediante pruebas semi‑automatizadas, machine learning y modelos basados en riesgo. Relaciona con Tendencia 3 y 1. arXiv
De la teoría a la práctica: marcos de regulación internacional para IA: artículos recientes proponen cómo llevar principios éticos al ámbito regulatorio efectivo, responsabilidad y trazabilidad. Esto refuerza la Tendencia 2. ScienceDirect+1
Percepción estudiantil de noticias generadas por IA vs humanas: estudio en España y Portugal muestra que estudiantes identifican diferencias en calidad, confiabilidad y estilo; efectos en la credibilidad mediática. Conecta con ética y transparencia. Nature
Gobernanza internacional emergente del derecho de IA: discusiones teóricas (por ejemplo en Nature) sobre cómo articular leyes internacionales de IA que trasciendan fronteras nacionales. Relacionado con Tendencia 2 y 1. Nature
Ética periodística en era digital automatizada: profesionales del periodismo experimentan tensiones al delegar tareas en IA (generación de borradores, edición, verificación), con riesgos de sesgo, de pérdida del oficio y de opacidad. Conexo con percepción pública y regulación ética. Frontiers
Impacto de políticas económicas globales sobre seguridad de infraestructura crítica: los riesgos geopolíticos observados derivan en reconsiderar la localización de cadenas de suministro, la dependencia de componentes críticos, la autonomía estratégica nacional. Refuerza Tendencia 1. PR Newswire
Sector educativo como laboratorio de IoT sectorial: uso de Narrowband‑IoT (NB‑IoT) en campus universitarios para gestión de activos, seguridad, monitoreo ambiental; ejemplifica valor sectorial concreto frente a plataformas horizontales genéricas. Relaciona con Tendencia 3. arXiv
El “nuevo riesgo del petróleo”: los datos como recurso conflictivo: ver el dato no sólo como activo económico sino como fuente de tensión sobre privacidad, propiedad, uso indebido en IA e IoT. Conexión clara con transparencia y regulación. ISACA
Convergencia IT‑OT como vector de vulnerabilidad: las tecnologías operativas y de información se fusionan, lo que aumenta la superficie de ataque, exige nuevos estándares técnicos, protocolos, arquitecturas robustas. Refuerzo de Tendencia 1. Industrial Cyber
Aumento de iniciativas académicas que revisan normas éticas acumuladas: meta‑análisis de directrices de IA (como más de 200 guías) que muestran redundancias, lagunas, falta de cumplimiento práctico. Imperativo para la regulación operativa. Relaciona con Tendencia 2. PMC
Análisis predictivo
A partir del estado actual de estas quince tendencias, se avizoran escenarios en los que los próximos meses serán decisivos para la legitimidad social de la tecnología, la estabilidad institucional y los límites políticos del poder digital.
Corto plazo (3‑6 meses)
En los próximos tres a seis meses, se espera que muchos gobiernos que hasta ahora habían sido pasivos definan normativas más agresivas para certificar la seguridad de sistemas ciber‑físicos críticos, especialmente en sectores de energía, salud y servicios públicos. La presión geopolítica, así como los incidentes visibles (hackeos, fallas, filtraciones), forzarán marcos legales que impongan requerimientos de seguridad fuertes como inventario OT/IoT obligatorio, estándares de criptografía ligera, pruebas automatizadas de vulnerabilidad y mecanismos de respuesta ante incidentes.
Simultáneamente, el discurso regulatorio ético de la IA se trasladará de principios a obligaciones concretas. Se observarán leyes que no sólo exijan transparencia o mitigación de sesgos, sino auditorías independientes, trazabilidad obligatoria de decisiones clave, responsabilidad legal en caso de daño, e instrumentos de supervisión ciudadana.
Por otra parte, en el ámbito del IoT, las plataformas horizontales sufrirán mayor escrutinio: quienes no demuestren valor sectorial, interoperabilidad real, seguridad robusta o adaptaciones locales serán dejados de lado; la innovación se fragmentará hacia nichos más definidos: salud, educación, ciudades inteligentes, agricultura, manufactura avanzada.
Mediano plazo (6‑12 meses)
En seis a doce meses, emergen dos escenarios contrapuestos:
Escenario regulador hard‑line: Varios países adoptarán leyes nacionales que obliguen certificaciones de seguridad para dispositivos IoT, regulación estricta de IA (incluyendo responsabilidad legal, transparencia y protección de derechos fundamentales), además de estrategias de soberanía tecnológica. En este escenario, las empresas que operan internacionalmente deberán adaptarse a numerosos estándares locales, lo que podría aumentar costos, generar fricciones comerciales, pero también impulsar innovación responsable y legítima.
Escenario de fragmentación normativa: Si bien algunos estados adoptan regímenes estrictos, otros seguirán reglamentaciones más ligeras, voluntarias o basadas en autodeclaraciones, lo que generará brechas en seguridad, desigualdad entre mercados, riesgo de “pasarelas” (jurisdicciones laxas que actúan como centros de operación para actores menos escrupulosos), y desafíos globales de gobernanza.
En ambos escenarios, la presión pública jugará un rol determinante: los ciudadanos exigirán transparencia tanto en seguridad como en autoría de IA; organizaciones sociales y académicas denunciarán abusos; y la reputación empresarial dejará de basarse solo en innovación funcional para incluir ética, responsabilidad y seguridad como bienes diferenciadores.
Hipótesis evolutivas
Surgirán certificaciones internacionales obligatorias para dispositivos IoT críticos que combinan indicadores de seguridad, eficiencia energética mínima y cumplimiento de estándares de privacidad, exigidos tanto por gobiernos como por grandes compradores institucionales.
Las cadenas de suministro para hardware y componentes se rediseñarán con criterios geopolíticos: se promoverá la producción local o regional, reserva de inventarios, diversificación de fuentes para asegurar resiliencia ante interrupciones de comercio internacional o sanciones.
En IA, los modelos generativos y los agentes autónomos vendrán con etiquetas de riesgo predeterminadas, cláusulas de responsabilidad incorporadas en contratos de uso, información accesible al usuario sobre los datos de entrenamiento, sesgos conocidos y mecanismos de reparación de daño.
En educación y entretenimiento, surgirán plataformas híbridas que integran IA para personalizar experiencias, pero con un sello de transparencia ética, curaduría humana y protocolos de seguridad integrados; los públicos valorarán cada vez más la autenticidad, la trazabilidad y la responsabilidad social detrás del contenido.
Impacto en comunicación y entretenimiento
Para la comunicación, estos desarrollos implicarán que los medios, periodistas, creadores de contenido deberán operar bajo nuevas reglas de obligación: transparencia en autoría, seguridad de datos (sobre todo cuando se usan sensores, IoT, dispositivos de seguimiento), mitigación de manipulación informativa. La confianza volverá a ser un eje central: los públicos exigirán saber no sólo qué mensaje, sino quién lo genera, con qué datos, bajo qué normas de seguridad.
En entretenimiento, el uso de IA generativa, metaversos, experiencias inmersivas, dispositivos conectados (wearables, sensores, interactividad en vivo) tendrá que incorporar estándares éticos, responsabilidad sobre efectos adversos (adicciones, privacidad, manipulación emocional), ser más sustentables, y transparentes. El entretenimiento pasará de ser espectáculo a práctica reflexiva, donde el disfrute convive con responsabilidad.




Comentarios